Encuentro de Almas en ‘First Dates’
Patricia y Migue, dos almas solitarias de 53 años, se encontraron en el programa ‘First Dates’ buscando una chispa de amor que les había sido esquiva en el pasado. Patricia, alejada del mundo de las citas por un tiempo, había compartido su vida con dos hombres ingleses y enfrentado la dura pérdida de su última pareja. Con el dolor ya en el pasado, se presentó en el programa con la esperanza de “darle una nueva oportunidad al amor”, como ella misma expresó: “He sufrido lo mío. Lo he pasado, aceptado y llorado. Ahora me toca a mí”.
Sin descendencia y con un espíritu de rockera, Patricia se encontró con Migue, un cocinero sevillano con una pasión compartida por la música. Migue, padre y bajista, vive con una de sus hijas y se describe como una persona “sencilla”. Para él, enamorarse es “una sensación fantástica”, aunque su gusto musical no incluye a Nirvana, lo que marcó el primer desacuerdo de la noche.
La Cena: Rock y Cocina
A pesar de una cena agradable y la posibilidad de un ‘match’, surgieron diferencias. Patricia veía con cierto recelo la convivencia de Migue con su hija, de 20 años, mientras que su hábito de fumar no era un impedimento para él.
En la intimidad, ambos se declararon pasionales, con Patricia indagando sobre la resistencia de Migue y revelando su propia capacidad de “una hora y media sin parar”. Migue aprovechó para bromear con que «unos seis o siete minutos», aunque luego reconoció que también tenía mucho aguante, comentando que era «muy intenso».
Un Final Inesperado
Los tatuajes y piercings podrían haber sido un punto de unión, pero no fue suficiente para encender la chispa. Patricia estaba dispuesta a una segunda cita, creyendo que “casaban en muchos aspectos” y queriendo continuar “ahora mismo”.
Sin embargo, Migue buscaba alguien “un poco más en forma”, aunque reconoció encontrarla atractiva para su edad. Patricia se tomó con humor el rechazo y el comentario sobre su edad: «Me has llamado ‘vieja’ por la cara», concluyendo la velada con una risa y dejando a Migue en una situación algo comprometida antes de despedirse.
