La presencia de Alessandro Lequio en el bautizo de su nieta levanta la polémica
Ana Obregón cumplió el sueño de su hijo fallecido, Aless Lequio, de tener un descendiente. La actriz y presentadora recurrió a la gestación subrogada en Miami para traer al mundo a Ana Sandra, su nieta genética. Sin embargo, no todos han celebrado esta decisión. Alessandro Lequio, el ex de Ana y abuelo de la pequeña, ha mantenido una actitud fría y distante desde el principio.
El aristócrata italiano no ha querido conocer a la niña, ni siquiera ha reconocido su parecido con su hijo. Ha evitado hablar del tema, alegando que es por “higiene mental”. Tampoco ha asistido al bautizo de Ana Sandra, que se ha celebrado esta tarde en la iglesia de Nuestra Señora de la Moraleja. Ha sido el gran ausente de una ceremonia llena de emoción y homenajes familiares.
La revista que violó la intimidad de la madre gestante de la nieta de Ana Obregón
Una revista ha publicado las fotos y las iniciales de la mujer que dio a luz a la hija de Alessandro Lequio y Ana Obregón, fallecido hace tres años. La mujer, que actuó como madre gestante por el método de la gestación subrogada, había firmado un acuerdo de confidencialidad para proteger su identidad y su privacidad.
La madre gestante ha decidido tomar medidas legales contra la revista, que según ella ha vulnerado su derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Así lo ha anunciado Marta Critikian, periodista de La Roca, que ha tenido acceso al escrito que presentará el bufete de abogados que la representa.
El bautizo de la nieta de Ana Obregón, marcado por la polémica
La publicación de las fotos de la madre gestante ha coincidido con el día del bautizo de la nieta de Ana Obregón, Ana Sandra, que ha tenido lugar en la parroquia de La Moraleja, en Madrid. La actriz y bióloga ha estado acompañada de sus amigos y familiares, pero no ha contado con la presencia de Alessandro Lequio, el padre de la niña y su ex pareja.
La gestación subrogada es una práctica que genera mucha controversia en España, donde no está regulada ni reconocida legalmente. Algunos sectores la consideran una forma de explotación de las mujeres y una vulneración de los derechos de los niños, mientras que otros la defienden como una opción legítima para formar una familia.
