Descubrimiento y Confesión
La revelación de su adopción fue un momento crucial en la vida de Isa Pantoja. Durante una emisión del programa “¡De viernes!”, compartió cómo este descubrimiento la afectó profundamente, llevándola a las lágrimas al evocar recuerdos de su niñez y juventud. La noticia llegó a sus oídos por primera vez en su infancia, mientras asistía a un colegio británico en Marbella. Una compañera de clase le reveló su condición de adoptada, un concepto desconocido para Isa en aquel entonces.
La Conversación Transformadora
Isabel Pantoja, su madre adoptiva, decidió hablar con ella poco después para explicarle la situación. Le aseguró que era una niña hermosa y le preguntó si quería irse con ella. Isa, aún pequeña e incapaz de hablar, no respondió con palabras, pero su abrazo fue suficiente para sellar su unión. Cuando Isa inquirió sobre sus padres biológicos, Isabel fue clara: habían muerto en un accidente automovilístico. Ante la pregunta de qué pensaba Isa al respecto, ella afirmó considerar a Isabel como su verdadera madre.
Emoción y Aceptación
Este recuerdo provocó una gran emoción en Isa, quien no pudo contener las lágrimas. Decidió no indagar más, sintiendo una profunda gratitud hacia la mujer que considera su madre. No obstante, fue en 2014, durante el encarcelamiento de Isabel, cuando Isa descubrió que su madre biológica estaba viva y planeaba aparecer en televisión para hablar sobre la adopción. Isa había creído que sus padres biológicos estaban muertos, tal como le había informado Isabel.
La Verdad Oculta
Isabel, preocupada por lo que su madre biológica pudiera revelar en televisión, llamó a Isa desde prisión. Isa la tranquilizó, reafirmando que para ella, Isabel era su única madre y familia. Aunque Isa estaba dispuesta a escuchar a su madre biológica si esta hubiera intentado contactarla al cumplir los 18 años, la forma en que se presentó la situación le demostró que no valía la pena.
Recuerdos de Infancia
Isa también rememoró su infancia en Madrid, recordando momentos felices junto a su madre, su hermano y Dulce, una figura materna presente desde su niñez. Sus cumpleaños eran momentos de alegría, y su madre siempre se esforzaba por brindarle lo mejor. Isa sentía un cariño especial por su hermano mayor, Kiko Rivera, quien era protector y cariñoso con ella.
El Vínculo Fraternal
Kiko era la persona que Isa más amaba en su familia. Sus recuerdos de él recogiéndola del colegio son entrañables, y siempre respondía con orgullo que él era la persona a la que más quería en el mundo cuando su madre le hacía esa pregunta. Este vínculo fraternal sigue siendo una parte fundamental de su vida y sus recuerdos más preciados.
