Muestran las pizarras que demuestran las trampas de Laura Bozzo: la concursante ya afronta su expulsión disciplinaria

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No cabe más tensión en ‘GH VIP 8’.

‘GH VIP 8’ está viviendo una de sus ediciones más emocionantes y polémicas. El reality show de Telecinco ha puesto a prueba a los concursantes con pruebas, nominaciones, expulsiones y subastas que han generado todo tipo de reacciones y conflictos. Los espectadores han sido testigos de cómo se han formado alianzas, enemistades, romances y rupturas entre los participantes.

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Uno de los aspectos más destacados de ‘GH VIP 8’ ha sido la convivencia entre los concursantes, que ha estado marcada por las tensiones, los enfrentamientos, las reconciliaciones y las confesiones. Los concursantes han tenido que lidiar con sus propios sentimientos, los de sus compañeros y los de la audiencia, que ha tenido un papel decisivo en el desarrollo del programa. Algunos de los momentos más memorables han sido las discusiones entre Naomi y Luitingo, el acercamiento entre Carmen Alcayde y Pilar Llori, o las lágrimas de Ion Aramendi.

Otro de los elementos que ha añadido más intriga y emoción a ‘GH VIP 8’ ha sido la subasta por una plaza en la final, que ha supuesto un giro inesperado en el juego. Los concursantes han tenido que pujar con el dinero que habían acumulado durante el programa, arriesgando su permanencia y su premio. La subasta ha desatado la ambición, la estrategia, la sorpresa y la decepción entre los concursantes, que han visto cómo se alteraba el equilibrio de fuerzas en la casa.

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Laura Bozzo pierde su plaza por hacer trampas en la subasta.

La polémica presentadora peruana Laura Bozzo ha protagonizado uno de los momentos más escandalosos de la historia de ‘GH VIP 8’. La comunicadora, que se había convertido en finalista del reality show tras pagar 50.000 euros en una subasta, ha visto cómo su plaza le era arrebatada al descubrirse que hizo trampas al modificar su pizarra después de que el tiempo se hubiera agotado.

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El presentador del programa, Ion Aramendi, ha sido el encargado de desvelar el engaño de Bozzo durante el debate del domingo. Aramendi ha mostrado las imágenes que demostraban que la peruana había cambiado su oferta inicial de 2.000 euros por una de 20.000 euros, aprovechando un descuido de sus compañeros. El cambio fue detectado por Luitingo, que alertó a Naomi, quien a su vez confirmó que Bozzo había alterado la cifra.

Bozzo no pudo negar su trampa, ya que había quedado registrada en una conversación con Carmen Alcayde, en la que admitió haber copiado la cifra de Pilar Llori, otra de las concursantes que pujó por la plaza en la final. Sin embargo, Bozzo intentó justificar su acción diciendo que había tachado 25.000 euros para poner 20.000 euros, lo que no se correspondía con la realidad.

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La prueba definitiva de la manipulación de Bozzo fue la pizarra que Aramendi mostró en el plató, en la que se podía ver claramente cómo la peruana había borrado el número 2.000 y lo había convertido en 20.000, utilizando un rotulador permanente. Esta cifra le permitió superar a Pilar Llori, que había ofrecido 15.000 euros, y convertirse en finalista.

Pero Pilar Llori tampoco se libró de la polémica, ya que también modificó su pizarra, aunque lo hizo antes de que se acabara el tiempo. Por lo tanto, su cambio fue legal, a diferencia del de Bozzo. La lista de Pilar Llori pasó de 10.000 euros a 15.000 euros, lo que le situó por encima de otros concursantes como Naomi o Luitingo.

Ante esta situación, Aramendi anunció que Bozzo perdía su plaza en la final, pero que tampoco se la otorgaba a Pilar Llori, sino que se impugnaban las votaciones por las irregularidades cometidas. De esta forma, los concursantes tendrán que nominar de nuevo para decidir quién ocupa el puesto de finalista que había conseguido Bozzo. Además, el premio final se redujo en 50.000 euros, como castigo por las trampas.