Los tatuajes suelen hacerse por motivos personales, y muchas veces simbolizan momentos de la vida que pueden tener un simbolismo muy marcado para la persona pero ninguno para el resto. Pero todo tiene un límite. Y el límite lo marca el buen gusto. Hay ocasiones en que el tatuaje es una auténtica «ida de olla», por más vueltas que se de, y otras en que hay que reconocer que se pudo hacer algo estúpido y que no fue la mejor idea hacérselo. Y no pasa nada por admitirlo.
Hoy os traemos una recopilación de varios tatuajes de este tipo que esperamos que os diviertan, y os quiten las ganas de depende qué ocurrencias.
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