Cualquiera que haya trabajado atendiendo al público en persona de manera diaria, sabe lo agotador y frustrante que puede llegar a ser. Las personas que lo hacen en el sector hostelero lo saben bien, y conocen lo que conlleva tener que poner buena cara a alguien mientras te trata mal o, a veces, se queja de absurdeces que están fuera de tu control. Es un trabajo que exige un carácter específico y que merece todo nuestro reconocimiento. Además su salario no suele ser especialmente alto y dependen de las propinas de los clientes para salir adelante.
En países como Estados Unidos, quienes trabajan en restaurantes suelen trabajar por horas por un salario mínimo de alrededor de 7,25 dólares/hora. Solo una buena cantidad de propina puede llevarles a cobrar un sueldo más cercano a la media para que les permite vivir dignamente. En ese sentido, dejar propinas es una manera más directa de contribuir al salario de los trabajadores y aunque no son obligatorias, si que es un hecho cotidiano y supone una anomalía no hacerlo.
Para nuestro sonrojo, algunos clientes desagradecidos usan estas propinas como otra forma de faltar al respeto al personal de la hostelería. Por ejemplo, algunos dejan dinero falso, otros dejan el billete dentro de un vaso de agua al revés, para que se manche todo al sacarlo y que se tenga que hacer el doble de trabajo al limpiar la mesa para los siguientes clientes. La gente ha desarrollado tantas de estas tácticas tan reprobables que hemos hecho una lista para mostrar lo que no hay que hacer cuando te traen la cuenta.