Uno de los aspectos más confusos de los mensajes de texto es que hay que introducir el número de teléfono de la persona a la que se los queremos enviar. Por tanto, si nos equivocamos en un solo número puede que terminemos hablando con un completo desconocido.
Afortunadamente, todo el mundo es bueno: los protagonistas de este artículo enviaron mensajes a la persona equivocada… pero supieron sacarle provecho a la situación, y pasar un buen rato.
Y tú, ¿alguna vez has enviado un mensaje equivocado?