Acabo de pasar del enfado al miedo. Los vecinos del piso contiguo, un matrimonio de unos setenta y cinco años, desaparecieron unos días después de que comenzara el confinamiento. En un principio, di por hecho que se habían marchado a una casa que tienen en el campo >>> pic.twitter.com/auDbPWExgX
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Es lo poco que sé de esta pareja, que se mudaron hace algo más de seis meses. Ni siquiera conozco sus nombres; tampoco si tienen hijos o de dónde proceden. Los lunes y los viernes, sobre todo, me los suelo encontrar en el garaje, cargando y descargando el maletero del coche>>> pic.twitter.com/nmLFWXHY9V
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Además de en el garaje, es fácil encontrarse con esta pareja en los alrededores del edificio, paseando a Lucas, un terrier mediano de movimientos eléctricos. Desde que los conozco, siempre van juntos, los dos, a pasear al perro, como si se tratasen de una familia>>> pic.twitter.com/NExM7Rsuws
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Mantienen una estrecha relación con su perro. A través de los tabiques de mi piso los escucho llamándolo constantemente, o manteniendo todo tipo de conversaciones. ¿Lucas, tienes hambre?, ¿quieres un paseíto? ¿estás cansado?, le preguntan y el perro ladra, a modo de respuesta>>> pic.twitter.com/RuskvnzKRI
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Como en otras ocasiones, se han dejado el despertador conectado y, como mi dormitorio comparte un tabique con el de ellos, han conseguido que hayan desaparecido mis fines de semana. Todos los días, a las 7 y 8 de la mañana comienza a sonar el despertador, durante toda una hora>>> pic.twitter.com/9utZMCDFDH
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Es un pitido agudo y constante, muy desagradable, que se te mete dentro de la cabeza y te impide seguir durmiendo, incluso estar en la cama. Un sonido amplificado en el silencio de estos días callados. Un lunes o jueves, se sobrelleva, pero los sábados y domingos es insufrible>>> pic.twitter.com/kQc749XIei
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Por eso, días después, el primer miércoles de confinamiento, llamé a su puerta, pero nadie respondió. Di por supuesta mi sospecha: se habían marchado a su casa del campo. Creo recordar que fue a finales de febrero la última vez que les tuve que advertir por un descuido similar>>> pic.twitter.com/lKrqQstqFs
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Los encontré en el garaje, se volvieron a disculpar y volvieron a contarme la historia de que Lucas a las siete comienza a lamerles las caras y las manos, pidiendo salir a la calle. Esa misma tarde me trajeron calabacines y tomates de su huerto en el campo, a modo de disculpa>>> pic.twitter.com/M6p06VKfXQ
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Esta mañana, cuando ha vuelto a sonar el despertador me he dado cuenta de algo que me ha sobresaltado: Lucas, el perro, está en casa de los vecinos. Y durante toda la hora que ha durado el pitido no ha dejado de ladrar, muy nervioso, alterado>>> pic.twitter.com/430YEL4NFG
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Durante los últimos días, había percibido movimiento en el piso de los vecinos, pero creí que se trataba de un robot aspiradora, chocando contra los rincones, en su recorrido. El que sea Lucas, el perro, como acabo de descubrir, lo cambia todo. De hecho, me temo lo peor>> pic.twitter.com/Quip4OyIrP
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Lo primero que se me ha pasado por la cabeza ha sido esta terrible pandemia, y no me ha costado imaginarlos en la cama, inertes, con las caras empapadas por los lametones de Lucas. Es más, he creído recordarlos tosiendo y con mal aspecto en los días previos a su desaparición >>> pic.twitter.com/BdWl1eigw2
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
En primer lugar, he llamado a su puerta, pero solo ha respondido Lucas, arañando la madera al otro lado. Luego he tratado de alertar al resto de vecinos y al administrador, buscando a alguien que tuviera un teléfono o contacto de esta pareja, pero no he localizado a nadie>>> pic.twitter.com/WBYnBm57Qj
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
En el portal, mirando en su buzón, he podido conocer sus nombres: Andrés y Teresa. He combinado sus primeros apellidos para buscar un posible hijo. Muy comunes, he encontrado más de 100 posibles candidatos. Mientras llamo, no dejo de escuchar a Lucas, tras la puerta>> pic.twitter.com/WZ0fLvB2ZC
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Tras 26 intentos frustrados, una mujer llamada Ana me dice que es su hija y que acaba de hablar con sus padres, que están en la casa del campo, en perfecto estado. Por unos minutos me quedo tranquilo, a pesar de la extrañeza que me supone el que no se hayan llevado al perro>>> pic.twitter.com/Wc9mb4gg6X
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Desconfiado, llamo de nuevo a Ana, la hija de mis vecinos. Me extraña mucho que sus padres no se hayan llevado a su perro, le digo. Mis padres no tienen perro, responde. Sí, claro, Lucas, insisto. Mis palabras provocan un tenso silencio, escucho una respiración grave y pesada>>> pic.twitter.com/i3WoHYMRJt
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Por fin, con extrema sequedad, me responde: si mis padres tuvieran un perro le puedo asegurar que jamás lo hubieran llamado Lucas. Así se llamaba mi hermano, su hijo, que murió hace tres años. Nervioso, me quedo en blanco, no sé que decir, y opto por finalizar la llamada>>> pic.twitter.com/PVbKHQMXRw
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Busco a ese Lucas en Google, y lo primero que me llama la atención es la multitud de referencias. Lucas M G ocupó un lugar muy destacado de los informativos hace tres años, tras suicidarse lanzándose al río Guadiana desde el puente de Ayamonte cuando lo perseguía la policía>> pic.twitter.com/nC1OWbj1Hy
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Sospechoso del secuestro de Amalia C J, la policía lo siguió desde Punta Umbría, y viéndose acorralado en el puente que une España con Portugal, saltó al río. Tres años después el cuerpo de Lucas no ha aparecido, y lo mismo sucede con Amalia, prosigue en paradero desconocido>>> pic.twitter.com/lRO5TEcQaf
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
La fotografía de Lucas M G me hace recordar el célebre caso que protagonizó. La mayoría de los medios especularon con la idea de que Amalia había sido asesinada por Lucas, cuyo suicidio imposibilitó que se haya descubierto dónde se encuentra el cadáver de la chica>>> pic.twitter.com/5nqGXcX9xY
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Bajo al garaje a comprobar si el coche del matrimonio desaparecido se encuentra allí. La plaza está vacía, lo que confirma la respuesta de Ana, su hija. Todo cuadra, menos Lucas. ¿De quién es ese perro con el nombre del hijo que se suicidó cuando lo perseguía la policía? >>> pic.twitter.com/4unzbAtG10
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
No pienso volver a llamar a la hija, tampoco a la policía, no tiene sentido, pero pasan las horas y sigo escuchando a Lucas, al otro lado de la puerta, gimoteando. Cuando trato de calmarlo, más se excita, necesitado de salir a la calle, como todas los días a las 7 de la mañana>> pic.twitter.com/7BsfZESbng
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Afortunadamente, en las últimas horas Lucas se ha calmado, apenas lo he escuchado. Una terrible y real pesadilla me despertó a las cinco de la mañana, y desde entonces estoy esperando a que sean las 7 y 8 y vuelva a conectarse el despertador de mis vecinos. Faltan 10 minutos>> pic.twitter.com/Aem0nUhirV
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Como era previsible, el despertador comienza a emitir su insoportable y agudo pitido a las 7 y 8. Se escucha especialmente esta mañana, porque tal vez haya sido la más silenciosa desde que comenzó el encierro. Y de nuevo Lucas, muy alterado, ladrando, reclamando poder salir>>> pic.twitter.com/bwYguMTwc8
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
A pesar de la respuesta de su hija, Ana, no puedo dejar de imaginar a la pareja desaparecida, en la cama, inmóviles, lamidos por el perro. Tampoco puedo dejar de pensar en el otro Lucas, su hijo, lanzándose al Guadiana antes que desvelar dónde tenía escondida a Amalia C J>>> pic.twitter.com/dmV3zucDyr
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Contemplo fotografías de Lucas, el hijo, y de Amalia, la chica secuestrada, y encuentro algo familiar, e inexplicable, en sus ojos. Busco más información, pero desde que se suicidó Lucas las investigaciones están estancadas, como si se tratara de un caso cerrado>>> pic.twitter.com/nuEKJHUOw4
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Me acerco a la puerta y Lucas me huele desde la distancia, y se altera. Suena mi teléfono, un cañón en este silencio, se trata de Ana, la hija del matrimonio desaparecido. No sé cuál es su intención haciéndome creer que mis padres tienen un perro con el nombre de mi hermano>>> pic.twitter.com/0cSNw7ik9m
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
No tengo respuesta a su pregunta, y por eso me limito a acercar mi teléfono a la puerta. Escuche, le digo, el que ladra es Lucas, el perro de sus padres. Ana guarda silencio durante unos segundos. Si vuelve a llamarme, lo denunciaré, me advierte. Fin de la conversación>>> pic.twitter.com/L8o3HmbQMl
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
La advertencia no consigue que deje de escuchar todo el tiempo a Lucas, el perro. Lo oigo gimotear al otro lado de la pared e imagino de nuevo al matrimonio, en la cama. Trato de calmarlo, hablándole, como hacen los vecinos, y por unos segundos surte efecto, se tranquiliza>>> pic.twitter.com/fgZ4TQVE4a
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
He llegado a un punto en el que no estoy dispuesto a seguir escuchando el despertador todas las mañanas, a las 7 y 8, y a pasarme todo el día hablándole a Lucas, para consolarlo. He ideado un plan que voy a ejecutar en las próximas horas, en el momento más adecuado>>> pic.twitter.com/dFxDg6QNeV
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Ese momento más adecuado coincide con el inicio del insoportable pitido del despertador. Voy a camuflar mis posibles ruidos con el que escucho todas las mañanas a las 7 y 8. Puntual, cuando el despertador comienza a sonar yo ya me encuentro en la terraza, dispuesto>>> pic.twitter.com/mbK9dCxhNJ
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020
Con varias cuerdas he preparado una especie de arnés que voy a utilizar para pasar de mi terraza a la de los vecinos. Hay apenas un par de metros de separación y no me debe costar trabajo. Miro hacia abajo, un cuarto piso, y extremo las precauciones. La caída puede ser mortal>>> pic.twitter.com/aHjGf6MI8F
— SalvaGutierrezSolis (@gutisolis) May 1, 2020